Hoy debería de estar eligiendo un dentista. En realidad no hoy, hace unos meses debería de haber llamado a un dentista y hoy simplemente estaba intentando hacerlo pero…
¿Habéis visto lo chungo que se ha puesto elegir dentista?
Como imagino que cualquier persona con unos años a la espalda tengo ya unos cuantos empastes e incluso una reconstrucción. Inocente de mi siempre había pensado que un empaste era para toda la vida y que si tras mi dejadez de adolescencia mantenía una buena higiene dental mis visitas al dentista quedarían en un mal recuerdo.
Pues no amigo no… Hace unos meses se me empezaron a vaciar dos muelas que me empastaron hace unos 20 años, contando que tengo empastes mas antiguos mi idea inicial fue que la dentista en cuestión había utilizado un cemento con obsolescencia programada. Seguido la reconstrucción que me hizo la misma dentista empezó a bailar y “ya lo tuve claro.” Claridad que se volvió oscuridad cuando me he topado con “la nueva realidad”
Al buscar un nuevo dentista pensé
¿Y como compruebo que el nuevo dentista vaya a usar un cemento de larga duración y no una mierda de cemento que se me caiga de nuevo a los 20 años?
Y aquí viene ya la traca. Cuando por fin he sacado fuerzas de flaqueza para intentar buscar un dentista digamos… Con un mínimo de ética, internet ha llegado para destrozarme el ánimo.
– Las redes están llenas de casos donde los empastes no es que no sean de por vida salvo alguna excepción. No, se ve que ahora, “lo normal” es que puedan no llegar ni al año de vida. Casos incluso de caerse en el primer mes.
De hecho, no hace falta buscar ni en los testimonios. Con leer en las propias páginas de los dentistas podréis ver que nos intentan llevar en esa dirección.
¿Entre 5 y 10 años?
¿Cómo es posible que tenga empastes de hace 30 años y ahora los empastes tengan una duración de entre 5 y 10 años?
La verdadera pregunta es, ¿Cómo es posible que esto sea siquiera legal?
Imagino que todos sabemos como un empaste, primero hacen el agujero, pulen bien la zona para luego…
Por poco que pulan en cada ocasión, si cada pocos años tienen que proceder a pulir nuestras muelas…
¿Alguien tiene dudas de que estas no llegarán al final de nuestras vidas?
Al segundo tercer o cuarto tratamiento no quedará muela que pulir y ya o hacemos un desembolso mas grande y realizamos un implante o nos habremos quedado sin boca.
Pero seguimos aplaudiendo la búsqueda de la rentabilidad por encima de todo. Puto liberalismo de los cojones que nos va a dejar sin boca a tod@s
Por que el problema no es que con tal de lograr mayor beneficio de una misma caries el dentista opte por un cemento de mierda y así te pueda cobrar varias veces un mismo servicio. Que aunque es un problema que para quien tenga una economía fuerte puede pensar que sólo es dinero y la molestia de repetir un tratamiento innecesario. El problema es mas gordo, y este lo sufrirán incluso los estúpidos que se empeñan en defender el liberalismo, que no todo se soluciona con pagar mas. Que tras repetir reiteradamente un tratamiento, aunque le inyectes mas dinero, las paredes de las muelas desaparecerán y les habrán jodido las muelas como al resto…
Y en materia sanidad, esto seguramente sea extensible a todas las ramas. Pero sigamos… Sigamos aplaudiendo como estúpidos que las empresas nos destrocen las vidas como estrategia de marketing para lograr mayores beneficios porque nuestra limitada capacidad de entendimiento no de ni para asociaciones simples.
Y claro…
Ahora estoy, con dos muelas con un agujero que no deberían de tener y con una corona de porcelana bailando como si de un diente de leche se tratara y “obligado” a ir a que alguno de estos… digamos… bah! os dejo el adjetivo a vosotros… preparen mis muelas para una pronta vuelta.
Si ya la obsolescencia programada me resulta una fraude del sistema a erradicar imaginaros lo que pueda estar pensando sobre esta obsolescencia dirigida al tema sanitario…
Y aquí estoy, con las muelas jodidas, con el buscador lleno de resultados de dentistas, incapaz de elegir un número al que llamar y escupiendo estas palabras para diluir la frustración del mundo en el que me nos ha tocado vivir.
Por cierto. Visto lo visto…